En una noche fría de esas que últimamente hacen en Quito, una familia tomaba chocolate y comían galletitas de quinua. Un abuelito cantaba un abuelito agarra su guitarra y empieza a entonar una melodía muy bonita.
Adolescente: Abuelito lo que cantas (tocas) suena muy lindo, siempre te he escuchado silbar y también cantar ¿significa algo para ti?
Narrador Abuelito: Muuchos recuerdos en realidad , ven, siéntate a mi lado y déjame contarte una fantástica historia que sé, que te va gustar.
En Latacunga se encuentra un sitio lejos de la ciudad, en donde pueden jugar niños y niñas todo el tiempo. Un lugar maravilloso, lleno de bellezas naturales, como cascadas, ríos, montañas, cuevas y una fauna increíble.
Adolescente: Y como se llama
Abuelito¿?: Se llama Pujilí.
Espera abuelito voy a llamarle a la Pame
Luego de unos segundos llegan corriendo PEDRO Y PAME
Pame: ¿por qué empezaste a contar una historia y no me dijiste? , tú sabes que me gusta.
Abuelito: Tranquila mi niña recién comenzaba.
Le decía a tu hermano que Pujilí es un sitio maravilloso en dónde existe solidaridad, y carisma entre la comunidad y quienes llegan a visitarlo.
En Pujilí siempre hablan de un pequeño niño que ayudó a salvar las tradiciones y así celebrar las octavas del Corpus Christi.
PEDRO: ¿El Corpus Christi? ¿eso no solo se celebra en quito?
Abuelito: Tanto que debo decirles contarles.
Pedrito se llamaba el niño, pero su mamá lo llamaba Thuqhuri, que significa bailarín en quechua.
Pedro: Se llama como yo, se llama como yo.
Pame: Ya no interrumpas o le digo a mi mami
Abuelito: Con apenas diez años tenía una mente muy aventurera y soñadora, él y su familia vivían en la comunidad de Zumbahua, un lugar con muchos atractivos turísticos como la gran laguna de Quilotoa.
Pedrito de cabello negro, ojos muy pequeños y de color marrón oscuro como la tierra labrada y de origen quechua. Era muy humilde, con un corazón bondadoso. Siempre le acompañaba su mejor amigo, un gallo flaco y desplumado, pero muy inteligente se llamaba Solovino.
Cierta mañana, luego del desayuno con té de cedrón caliente y tortillas de trigo, Pedrito salio a pasear y pescar al río Toachi con su mejor amigo. Mientras se acercaban al río escuchaban quejidos y una voz que parecía de un hombre que pedía ayuda. Ellos corrieron y se encontraron con una persona mal herida.
Tugsh: Gracias a los cielos y los dioses que me encontraste, mi nombre es Tugshu. Estoy muy herido porque tuve que luchar con un espíritu maligno llamado Saxra, el cual es un ser maligno que quiere destruir las tradiciones de Pujilí.
Abuelito: Era un hombre de estatura mediana, pero muy corpulento de origen quechua. Imponente y con apariencia de la figura del cóndor de los Andes, estaba acostado en una enorme piedra con una atractiva corona con plumas y una amplia cola que le llegaba hasta los talones, en su pecho sobresalía sus encajes, bordados, monedas antiguas y sobre sus hombros llevaba un penacho con enormes espejos e impregnaciones de pedrería, que simbolizan el poderío de las aves andinas, en su mano un látigo con gran significado.
Tugshu: Estoy muy lastimado, necesito recuperarme antes de que regrese aquel espíritu.
Pedrito: Mi nombre es Pedrito y él es Solovino, te ayudaremos con gusto.
Abuelito: Al acercarse más Pedrito y siente una presencia maligna. Y ve a Saxra el cual tiene una túnica negra que cubre la mayor parte de su cuerpo, sus ojos son de color rojo y su cara es muy pálida, este posee unas manos y una cola gigantesca.
Saxra: Te encontré de nuevo Tugshu, ahora acabaré contigo, de una vez por todas- dice el espíritu con una voz terrorífica.
Abuelito
Pedrito y solovino intentaron defender a Tugshu con piedras pero no fueron suficientes pero salieron lastimados por el ataque de Saxra, este aprovecha que el látigo se le escapa de las manos de Tugshu y se lo lleva a la cima del cerro sagrado Amina (King Kong), resguardado con miles de espíritus malignos.
Tugshu: De acuerdo a la leyenda esto iba a suceder y tu Pedrito tendrás que conseguir el látigo sagrado y así llenar de alegría a Pujilí. Solovino, serás el ayudante en esta travesía, para eso te convertiré en un cóndor majestuoso.
Abuelito: Pedrito y Solovino aun impactados, desorientados y tristes con lo sucedido, se pusieron en marcha a su nueva aventura. Tugshs dejó una serie de instrucciones y se desvaneció por los aires.
Ellos salieron por la mañana siguiente al Cerro Sagrado Amina donde se podía divisar el resplandor de una estrella, tal como le había dicho Tugshu a Pedrito. (voz de Tugshu) “Recuerda Pedrito en dónde brille más, estarás cerca de encontrar el látigo, solo con él y tu voluntad podremos vencer”.
Saxra sabía que el niño, no se iba a dar por vencido, así que envío a algunos espíritus para que lo frenaran.
Solovino se adelantó para prever algún peligro y sobrevoló la zona del Cerro. Mientras que Pedrito se animaba silbando el Danzante pues esto lo llenaba de valentía.
Luego de caminar por trayectos largos se dirigió a un riachuelo pues estaba exhausto y lloró al ver que todo estaba seco y los árboles empezaban a secarse.
Mientras se lamentaba había sido rodeado por una jauría de lobos, eran enormes, no parecían ser reales, su apariencia era terrorífica, sus ojos emanaban (expresaban) furia.
Yo no les he hecho nada, que quieren de mí. Decía pedríto.
Lobo Alfa: Te hemos estado observado desde que dejaste a Tugshu, y ya sabemos que quieres recuperar el látigo sagrado. ¡No te permitiremos pasar por ninguna circunstancia!
Narrador: Pedrito temeroso intenta defenderse con una rama del suelo pero tropieza y cae
Abuelito: (toce), esperen un momento mis niños, necesito un vaso de agua, para que no se seque mi garganta.
Abuelito: bueno sigamos con la historia ¿en qué parte me quedé?, ha sí en el lobo Alfa
Lobo Alfa: Eres tan débil que no podrás con nosotros.
Abuelito
Pedrito aprovecha un descuido de los lobos e intentó escapar, se escabullía por los matorrales, pues conocía bien la zona. Pero mientras subía a un árbol una rama se rompió y cayo. Y los lobos pudieron encontrarlo y lo llevaron ante el Alfa. El lobo Alfa ya no quería perder el tiempo y lo aventó al precipicio.
Mientras caía pedrito gritó desesperadamente y cerro sus ojos. Cuando estaba a punto de tocar el suelo, llegó Solovino y lo agarró con sus fuertes garras, colocándole suavemente en el pasto.
Pedrito le agradeció y le dijo, no podemos esperar más, !Mira ya estamos por llegar, juntos agarran fuerza y aceleraron el paso. Los dos valientes amigos al llegar a la cima del cerro Sagrado Amina, vieron un fuerte resplandor que provenía del látigo.
Mama: Thuqhuri, los niños debe ir a dormir, tienen clases mañana
Termino la historia mija y yo mismo les dejo en su camita.
Pame: ¿Mamá le dijo Thuqhury al abuelo o escuché mal?
Los niños estaban tan emocionados que el abuelito continuo con la historia
Saxra: Niño tonto tú y tu pajarito no podrán conmigo. Les decía enfadado, y lanzo un hechizo que golpeo a Pedrito. ¡te lo dije! Nadie puede conmigo, ni siquiera los más grandes dioses, ¡soy invencible! Muajajaja.
Solovino voló y trato de agarrar el látigo y Saxra furioso hizo un último hechizo que lo hizo más fuerte. Intentó acabar con Pedrito y Solovino se interpuso y quedó paralizado.
Abuelito: Pedrito se encontraba rezando a los dioses de la naturaleza, y sentía que de apoco su cuerpo empezaba a tomar fuerza, Saxra reía y lanzó otro hechizo pero este rebotó en pedrito y fue con más fuerza hasta Saxra y desapareció.
Al fin habían logrado vencer a Saxra. Solovino empezó a moverse, Pedrito le ayudó que se recuperaba mientras un rayo de luz iluminaba el cielo de Pujilí, zapatearon mostrando felicidad por el gran logro.
Pedro: Qué increíble Abuelito, ahora entiendo porque silvas con tanto sentimiento.
Pero ¿por qué nunca nos habías dicho que tú eras Thuqury?
Pame: qué genial abue, quiero conocer, ¿cuándo vamos?
Abuelito: Muy pronto pame, ya verás, iremos todos en familia y porque las mejores historias salen desde el corazón y recuerdos vienen a mi memoria de mi adorable tierrita Pujilense.
Narrador
Con la victoria el cantón Pujilí volvió a tener su tierra fértil y no exista escasez de lluvia.
Todos cuentan la historia año, tras año, varias personas dicen que al pasar por el rio escuchan cacareos y zapateos, y que cada vez que hay fiestas en el cantón Pujilí aparece Solovino con una luz brillante en medio del zapateo para encontrarse con su amigo Pedrito.
Cada niño que escucha esta historia tratan de ser como Pedrito, ese niño de corazón puro, noble y sobre todo con gran amor para su cantón Pujilí. Como lo es hasta ahora.
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